Un equipo de investigadores han identificado nuevos genes que están implicados en el cáncer de páncreas. Uno de estos genes, llamado Foxp1, contribuye a la progresión cancerosa y se asocia con la presencia de metástasis. Ahora que se ha localizado, será más sencillo el diagnóstico de este tipo de cáncer.
El estudio ha sido fruto de una investigación con ratones modificados genéticamente. La novedad tecnológica es que –gracias a un elemento genético móvil llamado transposon piggyBac– estos ratones se pueden configurar para desarrollar un tipo de cáncer específico evitando que padezcan otros tumores al mismo tiempo, algo que no se había conseguido hasta la fecha con este transposon, y que permite abordar el estudio de la enfermedad de manera más controlada.
Estos hallazgos ofrecen nuevas oportunidades para la mejora del diagnóstico y el tratamiento del cáncer de páncreas, al identificar tanto alteraciones que se correlacionan con la agresividad de cada tumor o con el establecimiento de un subtipo especifico de cáncer, como otras que pueden ofrecer nuevas dianas terapéuticas para el desarrollo de tratamientos personalizados.
El trabajo, que ha sido coordinado por los investigadores Roland Rad y Lena Rad, de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) y dirigido por Allan Bradley, del Wellcome Trust Sanger Institute de Cambridge (Reino Unido), ha contado con la participación de Juan Cadinanos, del Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (IMOMA) y Nacho Varela, del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria.
Cáncer y genoma
En el trabajo, publicado en la revista Nature Genetics, los investigadores crearon tres tipos de ratones que desarrollaban cáncer en el páncreas, el hígado o el intestino específicamente, y posteriormente estudiaron más a fondo los ratones con cáncer de páncreas.
Además de la implicación de Foxp1 en la agresividad de estos tumores, detectaron una nueva región del genoma importante para el control del gen Cdkn2a, un supresor tumoral muy frecuentemente alterado en cáncer de páncreas en humanos.
El trabajo también ha revelado la importancia del gen Fign, que hasta ahora no se había relacionado con el cáncer, para el desarrollo de los carcinomas de páncreas de subtipo hepatoide, ya que prácticamente todos los tumores de este tipo desarrollados por los ratones tenían alterado este gen.
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